27 Sep El sistema de calefacción más adecuado
Cuando llega el invierno es imprescindible contar con un buen sistema de calefacción para sentirnos a gusto en casa. Pero debemos tener en cuenta diversos factores para acertar con el sistema más adecuado a nuestra vivienda. Las dimensiones de la casa y su distribución, el clima de la localidad, las personas que la habitan son determinantes para acertar en la elección. Vamos a ver varios tipos de calefacción, tanto eléctrica como de gas.
Tabla de contenidos
Los distintos tipos de calefacción
Bomba de calor
La bomba de calor permite disfrutar de aire acondicionado en verano y calefacción en invierno teniendo un único aparato. Además, los aparatos modernos son eficientes desde un punto de vista energético, lo que supone también un ahorro económico. Tienen la ventaja de la rapidez con la que se calienta la estancia en la que está. Se pueden colocar de forma centralizada para toda la vivienda o en las habitaciones que se necesite, la variedad de modelos que hay en el mercado permite elegir la opción que mejor se ajuste a nuestras necesidades.
La desventaja fundamental es el ruido constante, que puede llegar a ser muy molesto. Además, reseca bastante el ambiente, por lo que es muy recomendable colocar humidificadores para mantener el nivel de humedad. Necesita un mantenimiento periódico de limpieza de los filtros, para evitar que se acumule la suciedad.
Emisores termoeléctricos
También conocidos como radiadores de aceite, estos emisores calientan el aceite térmico que llevan en el interior mediante una resistencia de acero y lo trasmiten al exterior. Cada radiador funciona de forma independiente, se pueden programar y colocar en la estancia que se necesite en cada momento. Se enchufa en cualquier sitio, sin necesidad de obra ni instalaciones.
La desventaja fundamental es el coste económico de funcionamiento, ya que para calentar una vivienda se necesitan varios radiadores y el consumo energético es elevado.
Suelos radiantes
El suelo radiante es un sistema de calefacción que aporta gran confort en las viviendas donde se instala. Está compuesto por un sistema de tuberías por las que circula el agua caliente a una temperatura elevada y que se colocan bajo el suelo. Las ventajas de este sistema son tanto energéticas como estéticas. Permite un ahorro energético de hasta un 30% con respecto a otros sistemas de calefacción y proporciona una temperatura agradable, que no agobia ni reseca el ambiente. No hay aparatos de calefacción a la vista que puedan afear la decoración de las habitaciones y es un sistema muy seguro en casas con niños. El sistema de tuberías funciona como aislamiento acústico y térmico con respecto a los vecinos del piso inmediatamente inferior y necesita muy poco mantenimiento una vez instalado.
La desventaja principal es que hay que instalarlo mediante obra, levantando el suelo de la vivienda, lo que supone un coste importante. Otra desventaja es que no es un sistema rápido de calefacción, ya que tarda un tiempo en alcanzar la temperatura deseada.
Caldera y radiadores de agua
Es el sistema más utilizado en nuestro país actualmente. El calor se produce por la combustión de gas natural, fuel, pellets u otro combustible adecuado y se trasporta mediante una red de tuberías distribuidas por toda la vivienda. Al final de las tuberías están los radiadores que funcionan como emisores de calor en la estancia donde se sitúan. Presentan la ventaja de calentar varias estancias con la misma cantidad de combustible, incluso edificios enteros, aunque el calor va disminuyendo a medida que los radiadores se alejan de la caldera.
La desventaja, actualmente, radica en que los sistemas instalados de calefacción no cumplen la normativa europea, que exige medidores individuales de consumo energético. No se puede regular el calor en cada estancia, sino que dependiendo de la cercanía a la caldera, una misma vivienda tendrá habitaciones más caldeadas que otras.
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