Grandes retos de la domótica

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Grandes retos de la domótica

La domótica es ese sueño de ciencia ficción que integra los sistemas de seguridad, la gestión de la energía, nuestro bienestar y las comunicaciones para hacernos la vida más fácil. Gracias a la tecnología, esto es posible cada vez más, pero, como en todo avance, surgen algunos retos que debemos conocer, tanto como usuarios como profesionales.

 

grandes retos de la domótica

 

La revolución tecnológica ha llegado al interior de nuestros espacios domésticos y laborales, y el Internet de las Cosas es ya una de las metas que todas las empresas tecnológicas tienen señalada en rojo en sus planes y estrategias.

 

La industria de la domótica mueve hoy millones y no es de extrañar: desde programar el encendido de una cafetera hasta optimizar al máximo el sistema de climatización de un edificio entero, los lugares inteligentes pueden sacar el máximo rendimiento de la energía de la que se dispone. Así, además, se evitan escapes y derroches de nuestros recursos, lo cual no es solo una buena noticia para nuestro bolsillo, sino también para el planeta.

 

La inversión y la apuesta por la domótica está permitiendo su desarrollo a un ritmo exponencial, pero también el que broten desafíos específicos por su naturaleza que el mercado no tenga tiempo de asimilar.

 

Sistemas dispares

Actualmente, la oferta en cuanto a domótica está muy fragmentada, y muchas empresas competidoras están desarrollando sistemas inteligentes y tecnológicos de manera muy dinámica y beneficiosa para el mercado. No obstante, esto hace que integrar sistemas de diferentes marcas pueda resultar un verdadero reto, muchas veces insalvable.

 

Costes de la domótica

Quizá uno de los aspectos más importantes, el coste monetario de un sistema inteligente sigue resultando bastante elevado a día de hoy. Para implementar, mantener o reparar gran parte de la tecnología, es necesaria la presencia y labor de un profesional, por lo que mucha gente puede verse disuadida.

 

Problemas técnicos

Gran parte, por no decir todo, de la domótica está conectada al sistema eléctrico de un edificio, por lo que es necesario que el cableado y la conexión funcionen perfectamente en cada momento. Cualquier fallo de este tipo puede resultar en un error del sistema.

 

Presencia

La domótica presenta una limitada adopción por parte del consumidor; esto quiere decir que muy pocos usuarios se lanzan a la aventura de una casa inteligente, a causa de la fragmentada presencia con la que se oferta en el mercado.

 

Miedos… ¿irracionales?

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la domótica es el recelo con el que muchos usuarios ven en la seguridad de contar con un sistema automático. La posibilidad de que haya filtraciones, bugs o de que los propios malhechores puedan introducirse en el sistema para desactivarlo y entrar a robar, es una realidad que atemoriza y disuade a muchos de los posibles consumidores potenciales del Internet de las Cosas.

 

Además, una casa inteligente guarda toda la información sobre las personas que viven dentro: estos datos son extremadamente valiosos, sobre todo ahora, en un momento en el que la publicidad tiende a ser cada vez más personalizada y en el que las empresas desean con verdadera devoción datos sobre nuestros gustos, preferencias, etc. Un miedo habitual es el de que haya poderes empresariales que puedan hacerse con la información que producimos, vulnerando ciertos derechos como el de la intimidad y la protección de datos.

 

Es por todo esto que la domótica presenta un horizonte lleno de posibilidades, tanto como de retos que resolver. Por ello, tanto diseñadores de interior, como ingenieros y profesionales de la instalación han de establecer una serie de estándares, no solo para mejorar nuestra calidad de vida, sino también para protegernos y eliminar los muros disuasorios que presenta, hoy en día, el Internet de las Cosas.

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