27 Oct Los edificios del mañana se basarán en la eficiencia energética
¿Cómo se perfila la construcción de los edificios del futuro? La eficiencia energética tiene la respuesta. Al abrigo de la estrategia europea 20/20/20, se habitará y respirará en un mundo más sostenible. En él se busca reducir las emisiones de gases efecto invernadero un 20 %; ahorrar un 20 % de consumo de energía y fomentar las energías renovables hasta un 20 %.
Esta iniciativa abre las puertas a la construcción sustentable y energéticamente eficiente. ¿Las llaves? La implantación de energías renovables, el logro de un consumo casi nulo y la conectividad. Hogares y lugares de trabajo donde, además de confortabilidad, se inhala un futuro limpio a corto plazo.
Tabla de contenidos
¿Cómo conseguir un edificio verde?
Arquitectos e ingenieros se han puesto manos a la obra para implantar lo que serán las viviendas y construcciones del mañana. Además de la implantación de fuentes de energía renovables, la digitalización y la domótica se convierten en protagonistas.
Aparte de ello, los científicos indagan en la creación de materiales perspicaces e inteligentes. Componentes y fachadas novedosos que harán de los lugares espacios saludables y medioambientalmente sostenibles.
¿Qué se pretende con la eficiencia energética? Con el objetivo de acogerse a la directiva europea, la eficacia en cuanto a energía en los edificios radica en disminuir el consumo. En concreto, hasta que sea casi nulo. En este horizonte tienen cabida las energías renovables y el autoconsumo, reduciendo la factura de la electricidad.
Remedios en pro del ahorro energético
En este contexto, se hallan una serie de medidas encaminadas a un consumo neutro. Por un lado, se apuesta por la iluminación procedente de fuentes naturales. Además de hacer decrecer la factura de la luz, es beneficiosa para la salud. En este sentido, los rayos del sol ayudan a prevenir enfermedades como el estrés, la depresión, el insomnio y la fatiga.
Otra de las propuestas es mejorar la calidad del aire. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aire interior suele estar más contaminado que el exterior, en una proporción de 2 a 5 veces más.
Por otra parte, algunas viviendas albergan muebles, aparatos electrónicos o elementos decorativos con un alto contenido en Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs). De este modo, se trasforma en básico que se emita un certificado que acredite una cantidad mínima de estos compuestos en el hogar.
¿Qué ocurre con la contaminación acústica? Tras la atmosférica, es la que más enfermedades medioambientales acarrea. Acciones como un mejor aislamiento del ruido son una ventaja para nuestra salud y la del medioambiente.
Por último, la fachada es un factor determinante para conseguir una mayor sostenibilidad de la vivienda. Por ello, la parte exterior ventilada, que dispone de un aislante, permite la libre circulación del aire a través de su cámara. Esta innovación implica un ahorro energético del 40 % con respecto a las fachadas tradicionales.
La tecnología 2.0 en la fachada y la domótica
Asimismo, las fachadas de un futuro próximo resguardarán del mal tiempo. Y no solo esto, sino que también contribuirán a la producción de energía a través de la incorporación de placas solares.
La domótica deja paso a las viviendas inteligentes. Sus objetivos son bien claros: una mayor comodidad, una seguridad aumentada y un uso eficiente de la energía. Se perfila como una red digital de servicios de construcción, electrodomésticos y electrónica.
De este modo, las casas del futuro están cada vez más cerca. Algunos países de Europa como Alemania ya han conseguido los objetivos propuestos para 2020. La eficacia energética es tarea sencilla si se conciencia a la ciudadanía y a los profesionales del sector.
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