16 Jun Optimización en sistemas de iluminación

Los sistemas de iluminación eficientes deben procurar intervenir en dos aspectos: el máximo confort visual con el mínimo consumo de energía. El reto moviliza a fabricantes e instaladores para conseguir esa meta a través de proyectos de iluminación bien estudiados y aplicados perfectamente a cada caso, ya sea para iluminación de interiores o exteriores. Sin duda, un reto estimulante que también acaba siendo una vía de concienciación social respecto a nuestro ecosistema.

Proyectos de iluminación. El camino hacia la eficiencia energética

La tan extendida coletilla smart, que se aplica a tantos y tantos aspectos en los que la tecnología puede aportar indudables mejoras, también atañe a la eficiencia energética de las soluciones de iluminación. Un buen proyecto de iluminación, que permita la optimización de recursos, debe orientarse hacia esa integración de tecnología vanguardista, conexión y posible autonomía en los sistemas de iluminación.

Los datos son reveladores. Cerca de un 20 % del consumo de energía en todo el mundo se destina a la iluminación. El margen de mejora es enorme. Desde nuestras casas hasta las carreteras o calles, el ahorro en energía se ha convertido en un objetivo de la máxima prioridad.

Un buen proyecto de iluminación debe considerar ese margen general de mejora enfocado a la casuística concreta de cada espacio.

Por supuesto, hay dos campos muy diferentes en los que plantear la mejor alternativa de proyecto: la iluminación interior y exterior.

En iluminación interior, los esfuerzos se centran en el aprovechamiento, en primer lugar, de la luz exterior, lo que compatibiliza esa iluminación natural con su necesario complemento eléctrico.

Es importante recordar que, actualmente, las lámparas están diferenciadas por niveles de eficiencia, en una escala que va de la letra A a la G. La inversión en una buena bombilla asegura una amortización directa en el gasto.

Partiendo de esa base, contando con bombillas eficientes y estableciendo la mejor ubicación por zonas, la tecnología permite una regulación del nivel de luz o una automatización por detección de movimiento. Establecidos estos sistemas, se puede reducir hasta en un 50 % el consumo eléctrico. Un porcentaje absolutamente revelador sobre el margen de mejora que anticipa un ahorro en energía y una pronta amortización del sistema, con otro ahorro añadido al poco tiempo de puesto en funcionamiento.

Por último, un mantenimiento adecuado es necesario, pues asegura un aprovechamiento adecuado del flujo lumínico. El desgaste o bajo rendimiento propio del uso debe ser tenido en cuenta para continuar en esa senda de la eficiencia.

En cuanto a la iluminación exterior, son las diferentes Administraciones las que deben velar por una disposición eficiente de los recursos que acabamos sufragando todos. La tecnología también ofrece diferentes alternativas con las que reducir de manera muy importante los porcentajes de consumo.

Los primeros factores a considerar son el uso y establecimiento de luminarias de menor consumo, con sistemas actuales, como las lámparas LED. Se busca ese mínimo imprescindible con el que consumir menos energía, a nivel general, en el conjunto de la ciudad.

Una vez optimizados los elementos básicos de iluminación exterior, un buen proyecto de iluminación exterior puede contar con vanguardistas opciones de esa tendencia smart que tantos beneficios aporta. Opciones como la automatización de luminarias consiguen ese uso optimizado que puede reducir el gasto durante las franjas horarias de menor uso general de los equipamientos.

Todas estas mejoras también se pueden extender a cualesquiera otros espacios exteriores en los que se quiera o se necesite dar iluminación. Nos referimos a diferentes monumentos o, incluso, espacios de ocio públicos y particulares. La mejora de un buen proyecto de iluminación es palpable en todo ámbito y las cuentas.
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