01 Dic EL biogás es una de las energías con más potencial

El gas es uno de los productos fósiles más consumidos del mundo y, al menos en apariencia, más necesarios. La humanidad lo usa para producir electricidad, para calentar hogares y edificios y para usarlo en cocinas de todo tipo.

No obstante, ya existe una alternativa igual de eficiente, pero mucho más ecológica, como es el biogás. Este, al contrario de su antecesor, no se extrae de las profundidades de la tierra, con todos los riesgos y perjuicios que ello supone, sino que se consigue mediante la reutilización de todo tipo de productos como pueden ser los restos de comida, las hojas caídas en el jardín, los desperdicios de las granjas…

Por tanto, usando la premisa aquella de que nada se destruye, sino que todo se transforma. Podemos aprovechar gran cantidad de desperdicios que, de otra forma, solo serían residuos, y convertirlos en una de las mejores energías renovables.

Cómo conseguir crear biogás de forma efectiva

Como decíamos, esta fuente de energía se obtiene de todo tipo de productos y desechos que nosotros consumimos o que están a nuestro alrededor. Es como dar una segunda vida a aquello que, en principio, parecía totalmente carente de valor y de utilidad, pero que puede todavía brindarnos un gran servicio a nosotros y, también, al planeta.

Las principales fuentes de abastecimiento para crear biogás son residuos de origen vegetal, animal, forestal, acuático y también agroindustrial. Realmente, sus fuentes primarias serían similares a las del gas natural o incluso el petróleo, pero no hay que esperar cientos o miles de años para que la naturaleza los genere y extraerlos, por tanto, de sus profundidades, con las consecuencias que ello tiene. Sino que se llevan a plantas de tratamiento especializadas en las que se biodegrada todo este material para convertirlo en este biogás formado por metano, dióxido de carbono y nitrógeno, principalmente.

Principales usos de una de las más efectivas energías renovables

El biogás, al proceder de residuos orgánicos generados por el ser humano o por la naturaleza de forma constante, se considera una energía renovable. Además, su uso permite sustituir otras fuentes energéticas mucho más contaminantes como son la gasolina y el gasoil en los medios de transporte, o el gas natural en hogares y empresas.

Es interesante saber que ya podemos adaptar nuestros vehículos para que funcionen con biogás. Aunque para ello, normalmente, debemos sacrificar una parte de nuestro maletero. No obstante, se pueden conseguir ahorros de combustible en torno al 40 % y se estima que la inversión se amortiza ya sobre los 25.000 kilómetros.

Otra función práctica del biogás es su aplicación en los hogares mediante los conductos habituales destinados al gas natural. Por tanto, puede servir para calentarnos, para cocinar los mejores platos. Y también sirve para hacer funcionar los hornos de todo tipo de empresas como las grandes calderas de las fábricas de cerámica o de ladrillos, por ejemplo.

El futuro del biogás

Los países del norte de Europa fueron de los primeros en desarrollar esta forma de energía limpia y renovable. Así, en lugares como Alemania o Suecia ya existen gran cantidad de plantas de tratamiento y también son cada vez más los coches que lo utilizan para propulsarse.

Los beneficios ecológicos de esta materia prima, así como sus menores costes de producción y también el hecho de poder aprovechar todo tipo de residuos, hacen que las previsiones de desarrollo y crecimiento del biogás sean bastante elevadas. Europa es una de sus principales impulsoras debido, entre otros motivos, a la carencia de gas natural y a la obligación de importarlo. Pero otros países como China ya se van sumando también.

El biogás, por tanto, es una forma más limpia, segura y económica de producir energía. Sus aplicaciones son diversas y su crecimiento se prevé intenso a corto plazo.